El 8 de diciembre de 1980, cuando un desequilibrado, Mark David Chapman asesinó a Lennon a tiros a las afueras del edificio Dakota, frente al Central Park, en Nueva York.
Han transcurrido ya 30 años, y con el tiempo la leyenda de Lennon sigue creciendo, al igual que la adoración de la gente en todo el planeta hacia él.
EL ASESINO
Mark David Chapman, nacido hace 55 años (el 10 de mayo de 1955), sigue recluido en la prisión de Áttica, Nueva York. Chapman y sus abogados han buscado por todos los medios que uno de los reclusos más famosos del mundo obtenga su libertad condicional, pero hasta ahora han fracasado. Seis veces Chapman se ha plantado ante la junta del perdón, y las seis ocasiones lo han bateado, merecidamente. El panel de sicólogos ante los que ha estado Chapman lo han rechazado, al decir que mentalmente el tipo sigue siendo inestable, y que es marcada su indiferencia ante el sufrimiento humano.
Autoridades carcelarias afirman que le están haciendo un favor a Chapman, ya que si sale libre, nadie le daría trabajo, aparte de que un gran número de personas han manifestado que con gusto lo matarían por lo que hizo.
Todo indica que ahí estará, hasta el final de sus días.
Chapman y su familia se mudaron a Decatur, Georgia, cuando él era un niño. Estudió en la Universidad Cristiana de Georgia, y allá por 1975 ingresó a un hospital catalogado como enfermo mental. Se fue a vivir en 1977 a Hawai, y estaba obsesionado por el libro "El guardián en el Centeno".
El 8 de diciembre de 1980 esperó por horas pacientemente a que Lennon saliera de su apartamento. Cuando Lennon y Yoko Ono salieron, lo abordó, le pidió un autógrafo y esperó a su regreso, que ocurrió a las 10.50 horas. Se acercó nuevamente al músico y lo mató de cinco tiros. Lennon fue declarado legalmente muerto a las 23.20 horas.
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